¿Qué es la psicosis?
La psicosis es un trastorno de salud mental grave que se caracteriza por una distorsión de la percepción de la realidad y un conjunto de alteraciones del funcionamiento mental, incluyendo el pensamiento, las emociones y la conducta.
Durante un período de psicosis, la persona suele padecer una alteración en la percepción de la realidad, teniendo dificultad para percibir lo que es o no real. Los síntomas más frecuentes son las alucinaciones o las percepciones de estímulos no existentes en la realidad -que pueden afectar a cualquier modalidad sensorial-, y los delirios -el intento de explicar dichas alucinaciones-. También es habitual tener dificultades para coordinar pensamientos y acciones, comportamientos extraños y desorganizados, además de presentar problemas para concentrarse, así como la presencia de alteraciones en el estado del ánimo.
Es importante tener en cuenta que, en la mayoría de las psicosis y experiencias de tipo psicótico, la persona no es consciente de estar padeciendo una perturbación. Para quien lo sufre, percibe algo que está ocurriendo realmente, sin ser imaginaciones para él/ella.
La psicosis inducida por sustancias tóxicas se caracteriza por sufrir alucinaciones y/o delirios debido a los efectos directos de una sustancia -a la hora de consumirla o como intoxicación- o la abstinencia de esta.
Se consideran sustancias tóxicas componentes como el alcohol, las anfetaminas, el cannabis, la cocaína, los alucinógenos, los opioides, la fenciclidina (PCP) y algunos sedantes/hipnóticos.
El trastorno psicótico breve, también conocido como psicosis reactiva breve, es un trastorno de salud mental de comportamiento psicótico en el que la persona sufre alucinaciones, delirios o lenguaje inusual, y se muestra de manera súbita y de corta duración, pero con una afectación severa.
Suele desencadenarse por culpa de un hecho traumático o estresante, como un accidente conmovedor o la pérdida de un ser querido.
El trastorno delirante, también nombrado psicosis paranoica, es un trastorno psicótico caracterizado por la presencia de delirios persistentes que no se basan en la realidad y que están muy arraigadas a la persona. Éste se distingue de la esquizofrenia por la presencia de delirios sin ningún otro síntoma de psicosis como pueden ser las alucinaciones, el habla o comportamiento desorganizado, o la variabilidad del estado de ánimo.
La psicosis orgánica, también conocida como trastorno psicótico orgánico, es una enfermedad mental grave que se caracteriza por la presencia de síntomas psicóticos causados por una disfunción cerebral orgánica, que pueden ir desde lesiones cerebrales traumáticas, abuso de drogas, hasta enfermedades como la demencia.
A diferencia de la psicosis funcional, la psicosis orgánica se relaciona directamente con factores físicos y biológicos en la que los síntomas psicóticos que sufre la persona, como alucinaciones o delirios, son causados por una disfunción cerebral orgánica.
La esquizofrenia es una enfermedad mental grave y crónica que causa alteraciones en varios aspectos del funcionamiento psíquico de la persona, principalmente en la consciencia de realidad, alterando el pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta de quienes la sufren. Se caracteriza por la presencia de delirios, alucinaciones, pensamiento desordenado y comportamiento anómalo de la persona.
Si bien ya existen muchos medicamentos para tratar los síntomas positivos de la esquizofrenia –delirios o alucinaciones- como son los antipsicóticos, el mayor problema de esta enfermedad es la discapacidad funcional y el deterioro cognitivo que provoca conforme pasan los años en la persona que la sufre, provocando una afectación en las habilidades personales, el autocuidado, el rendimiento académico, el estado ocupacional y laboral, o las relaciones interpersonales.
El trastorno esquizofreniforme es una alteración psicológica que comparte la mayor parte de sintomatología con la esquizofrenia, como sufrir alucinaciones, delirios o tener un discurso alterado, pero la duración de sus síntomas es de menos de seis meses, tiene un mejor pronóstico y hay ausencia de secuelas a largo plazo, hecho que no provoca deterioro en el paciente.
El trastorno bipolar es una enfermedad mental grave y crónica que se caracteriza por cambios extremos en el estado emocional, abarcando espectros que van desde estados de ánimo elevados y excitables (conocidos como episodios maníacos), hasta la disforia, la falta de energía y el abatimiento (los episodios depresivos).
El trastorno bipolar afecta notablemente a todos los aspectos de la vida y de interacción social de quienes lo padecen, y el riesgo de suicidio es elevado.
El trastorno esquizoafectivo es un trastorno de salud mental grave que se caracteriza por una combinación de síntomas de esquizofrenia, como alucinaciones o delirios, y síntomas de trastornos del estado de ánimo, como episodios depresivos o maníacos.
La depresión psicótica, conocida también como psicosis depresiva, es un subtipo de depresión que se caracteriza por la presencia de síntomas psicóticos -una distorsión de la realidad a través de delirios o alucinaciones- junto con los síntomas típicos de la depresión -alteraciones del estado de ánimo como la tristeza, la desesperanza o la pérdida del interés-.
La depresión psicótica puede estar relacionada con factores biológicos, genéticos y ambientales. A menudo, se presenta en personas que ya han experimentado varios episodios de depresión mayor y, en ocasiones, la distorsión de la realidad puede llegar a un extremo donde los síntomas se pueden confundir con una psicosis.
El trastorno psicótico debido a una enfermedad médica aparece cuando se produce una psicosis -alucinación o delirio- debido a una patología fisiológica, como es el caso de sufrir una enfermedad neurológica, afecciones hepáticas o renales, enfermedades metabólicas o endocrinas, etc. En estos casos, puede suceder que las funciones cerebrales del paciente se vean alteradas, propiciando la aparición de la psicosis.
No se engloba este trastorno psicótico cuando los delirios o alucinaciones no se deben a una enfermedad mental, ni aquellos casos producidos por el consumo de sustancias o fármacos. Tampoco se aplicaría en aquellos otros casos en los que el paciente no es consciente de estar experimentando alucinaciones o delirios.