Garrapatas, pulgas, ácaros y sus desagradables amigos
Los parásitos externos (ectoparásitos) viven en el exterior del cuerpo del animal. Hablamos de parásitos como las garrapatas, pulgas, ácaros e insectos voladores. Muchos perros tienen en algún momento de su vida una infestación de este tipo de parásitos que pueden causar irritación, picazón, malestar o transmitir enfermedades graves. Presta especial atención a estas tres especies:
Garrapatas
Las garrapatas se adhieren a los mamíferos y aves utilizando que se alimentan de la sangre de los animales. Las garrapatas son más activas cuando hace calor y a menudo se pueden encontrar en la naturaleza, como en bosques o en prados.
Los perros y los dueños que están frecuentemente al aire libre corren un mayor peligro de exposición a las garrapatas.
Pulgas
Al igual que las garrapatas, las pulgas se alimentan de sangre y se encuentran en mamíferos y aves. El origen de las pulgas parece una historia sin final: sobreviven fácilmente en interiores y exteriores y existen muchas formas de transmisión de huevos de pulgas como el contacto con animales salvajes y silvestres, o simplemente con perros y gatos no tratados en el vecindario, entre otras.
Las pulgas pican a los perros, pero también a otras mascotas y a los humanos. Esto puede provocar irritación y transmitir enfermedades.
Ácaros
Los ácaros son organismos diminutos de ocho patas y algunas especies como Sarcoptes scabiei o Demodex afectan tanto a perros como a personas.
Como los ácaros se esconden dentro de la piel, no es fácil que se muevan para encontrar nuevos huéspedes. Sin embargo, el contacto directo con perros infectados conlleva el riesgo de que los ácaros se transmitan a los humanos y, con ellos, las enfermedades.
Algunos parásitos externos pueden albergar enfermedades graves que pueden transmitirse a los perros, como la enfermedad de Lyme o la ehrlichiosis canina.
Anquilostomas, gusanos del corazón y otros
Los parásitos internos (endoparásitos) son gusanos y otros organismos que viven en el interior del cuerpo del animal. Algunas infestaciones causan pocos o ningún síntoma, mientras que otras tienen consecuencias graves e incluso pueden ser fatales. Accede a más información sobre algunas de las especies de gusanos más comunes y peligrosos.
Gusanos redondos
Los nematodos son el tipo más común de gusano que se encuentra en el interior de las mascotas. Viven en los intestinos. Los perros se infestan al tragar huevos de gusanos intestinales cuando huelen o lamen tierra contaminada, cuando comen carne cruda infestada o a simplemente por la transmisión de madre a cachorro.
Muchos perros que tienen gusanos intestinales no muestran signos de enfermedad. Sin embargo, una infestación importante puede mostrar signos digestivos como barriga hinchada, diarrea y vómitos. Incluso los pulmones pueden verse afectados.
Gusanos redondos intestinales
Estos gusanos viven en los intestinos de los perros y expulsan sus huevos al medio ambiente a través de las heces. Sus larvas eclosionan en el exterior e infectan a los perros que las ingieren de forma accidental. Hay que tener en cuenta que las larvas de algunas especies de gusanos intestinales que están presentes en climas cálidos pueden penetrar la piel y llegar hasta el intestino.
Estos gusanos pueden infectar también a las personas. Aunque no maduran en los humanos, el cuerpo responde con inflamación.
Gusanos del corazón
La enfermedad del gusano del corazón es causada por el nematodo Dirofilaria immitis, que se transmite por mosquitos. En los perros afecta a los sistemas circulatorio y respiratorio. Puede comenzar con una tos leve persistente y reticencia a hacer ejercicio, para evolucionar después a una insuficiencia cardíaca.
La enfermedad del gusano del corazón es endémica en países de todos los continentes excepto en la Antártida. El cambio climático aumenta la prevalencia de mosquitos y, por tanto, de la enfermedad.
Gusanos oculares
Los gusanos oculares, o Thelazia callipaeda, son pequeños gusanos blancos que infestan a varios mamíferos, incluidos los perros. Viven en la superficie de los ojos. La mosca de la fruta actúa como huésped intermediario, transmitiendo el parásito mientras se alimenta de las lágrimas de las mascotas.
Este tipo de gusano causa inflamación y úlceras. En formas graves, pueden producirs perforaciones y ceguera. Sin embargo, se puede prevenir y tratar.
Tricocéfalos
Los tricocéfalos se adhieren a las paredes del intestino grueso del perro y se alimentan de sangre. Los perros se infestan al tragar huevos mientras olfatean el suelo, escarban en la tierra o juegan con juguetes que han estado en contacto con suelo contaminado.
Algunos perros no muestran signos de enfermedad. Sin embargo, una infestación grave por tricocéfalos provocará diarrea con sangre y anemia grave, e incluso podría provocar la muerte si no se trata.
Gusanos pulmonares
Los gusanos pulmonares son pequeños gusanos que viven en los vasos sanguíneos de los pulmones. Sus huéspedes intermediarios son las babosas y los caracoles. Los perros, especialmente los jóvenes, corren el riesgo de infectarse al comer babosas o caracoles infestados.
La infestación por gusanos pulmonares provoca problemas respiratorios como tos o fatiga al hacer ejercicio. También puede causar problemas de coagulación sanguínea, lo que deriva en distintos signos asociados con el sangrado. En su versión más grave, estos gusanos pueden ser fatales.
Si bien todos estos gusanos pueden causar problemas de salud en los perros, algunos son más dañinos para los humanos que otros. Si las personas ingieren accidentalmente los huevos de ciertos parásitos internos después de tocar una superficie contaminada (por ejemplo, con la especie muy común de nematodo Toxacara canis), las larvas emergen de huevos, penetran a través del intestino y pueden causar daños a los órganos. Aunque muchos de estos gusanos no pueden madurar completamente en las personas, pueden provocar problemas de salud graves, especialmente en niños cuyo sistema inmunológico aún no está completamente desarrollado.
Cómo prevenir y tratar los parásitos de los animales de compañía
Puedes combatir los parásitos de múltiples maneras: medidas higiénicas, normas de comportamiento y uso de antiparasitarios. Aquí tienes algunas ideas sobre acciones efectivas.
Puedes lograr grandes resultados con protocolos básicos de higiene, como limpiar el espacio donde vive tu mascota, lavarte las manos al entrar a casa o evitar que tu perro beba agua de los charcos o cazando salvajes. También existen antiparasitarios que previenen y tratan muchas infestaciones de parásitos comunes. Consulta a tu veterinario sobre los productos antiparasitarios que protegen frente a los parásitos tanto internos como externos. Y finalmente, después de cualquier salida al aire libre, revisa a tu perro en busca de garrapatas.
¡No olvides hablar con tu veterinario para proteger a tu perro ante los parásitos! Es la mejor manera de asegurarte que el nivel de protección de tu perro se adapta a sus necesidades de salud y bienestar individuales.