Aportar precisión a la psiquiatría

La magnitud del reto de la salud mental

Se calcula que, en todo el mundo, una de cada diez personas vive con un problema de salud mental, es decir, casi 800 millones de personas.1 Además, los retos que plantean la pandemia del COVID-19 y el distanciamiento social han aumentado significativamente el número de individuos que experimentan síntomas de enfermedad mental.2 Más allá de los retos personales, se reconoce que estas afecciones pueden afectar significativamente a los seres queridos, a los cuidadores y a la sociedad en general.

Desde el punto de vista económico, los trastornos de salud mental están asociados a grandes costes directos e indirectos para las personas y la sociedad, incluida la prestación de asistencia sanitaria y social y la pérdida de empleo.3 Por ejemplo, los trastornos de depresión y ansiedad cuestan a la economía mundial 1 billón de dólares estadounidenses en pérdida de productividad cada año.4 Además, la carga financiera de la mala salud mental está creciendo, con un coste estimado de 2,5 billones de dólares estadounidenses al año en 2010 debido a la discapacidad y a la reducción de la productividad que se prevé que aumente a 6 billones de dólares estadounidenses en 2030.^5,6

Salvando las distancias entre la neurobiología y la psiquiatría

Teniendo en cuenta la importante carga mundial que supone la mala salud mental, como investigadores y médicos en este campo, es prometedor ver cómo la salud mental se convierte en un tema cada vez más importante, similar a la salud física. Sin embargo, el ritmo del cambio debe seguir aumentando, a medida que avanzamos en nuestro conocimiento sobre cómo superar los desafíos clave en torno al enfoque actual del diagnóstico y el tratamiento y avanzar hacia un enfoque de tratamiento más preciso y con base biológica para quienes viven con condiciones de salud mental.

Debido a la complejidad del cerebro humano, las clasificaciones existentes de los trastornos mentales carecen de biomarcadores objetivos, lo que significa que se basan exclusivamente en la agrupación de los síntomas observados y no en la neurobiología subyacente.7 Los profesionales sanitarios se ven limitados a trabajar con las clasificaciones y los criterios de diagnóstico estándar del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) o la Clasificación estadística internacional de enfermedades y problemas de salud relacionados (CIE-10). A menudo, el uso de estas clasificaciones para diagnosticar una afección puede simplificar en exceso el comportamiento humano y dar lugar a un mayor riesgo de diagnóstico erróneo o de sobrediagnóstico. Además, puede agrupar a individuos que conductual y sintomáticamente "parecen" iguales bajo la misma etiqueta o clasificaciones, aunque sus síntomas provengan de causas biológicas diferentes.

Se reconoce que el DSM-5 y la CIE-10 tienen sus limitaciones, pero gracias a los avances en nuestra comprensión del cerebro, estamos revelando nuevas formas de clasificar e identificar las disfunciones subyacentes que conducen a algunos de los aspectos más limitantes de la vida de los trastornos de salud mental.

Los importantes avances en nuestros conocimientos durante el último medio siglo están empezando a ayudarnos a salvar la brecha entre la neurobiología y la psiquiatría. El objetivo de Boehringer Ingelheim es desafiar las clasificaciones tradicionales y descubrir las conexiones entre las disfunciones específicas de los circuitos cerebrales y las emociones y comportamientos que experimenta una persona con un trastorno de salud mental. De forma prometedora, esto nos permite alejarnos de las limitaciones del diagnóstico y el tratamiento basados en el síndrome.8,9 Nos permite ser más precisos y apoyar nuestro objetivo de permitir que las personas que viven con enfermedades mentales prosperen.

El significado de "precisión" en el contexto de la psiquiatría

La "precisión" no es un enfoque totalmente nuevo en la atención sanitaria. La oncología de precisión, por ejemplo, es una forma establecida de tratamiento del cáncer, en la que la biología única de la enfermedad de un paciente se utiliza para hacer tratamientos a medida y específicos para él.

En el contexto de la psiquiatría, en nuestra opinión la "precisión" consiste en abordar las necesidades precisas e insatisfechas de las personas que padecen enfermedades mentales, de forma significativa, para que puedan prosperar. La psiquiatría de precisión consiste en tener en cuenta la variabilidad individual, incluida la fisiología, el entorno, el estilo de vida, la genética y las preferencias individuales.

En esencia, la psiquiatría de precisión es un enfoque que se centra en la comprensión de los mecanismos neurobiológicos subyacentes que causan los síntomas de las enfermedades mentales. A partir de este conocimiento, se pretende desarrollar terapias que puedan dirigirse a estos mecanismos, lo que a su vez permitirá abordar aspectos de los trastornos mentales que antes no se podían tratar, proporcionando un control más específico de los síntomas y posiblemente alterando la trayectoria del proceso de la enfermedad.

Por ejemplo, en lugar de desarrollar un medicamento para la esquizofrenia en su conjunto (es decir, un tratamiento basado en el síndrome), queremos desarrollar soluciones, farmacológicas o de otro tipo, que puedan alterar los procesos biológicos específicos que conducen a la manifestación de síntomas y comportamientos. Esto es fundamental porque las enfermedades mentales son conjuntos de muchos procesos diferentes que interactúan a lo largo del tiempo para desarrollar el patrón único de síntomas que experimenta un individuo. Por lo tanto, no todas las personas que padecen un determinado trastorno experimentan el mismo conjunto de síntomas, e incluso dentro de un mismo individuo este conjunto puede cambiar día a día.

Sin embargo, lo más importante es que no se trata sólo de la solución. Se trata del enfoque que adoptamos para alcanzar esas soluciones significativas. Se necesita un enfoque más holístico e integrado para tratar las enfermedades mentales que abarque sus aspectos sociales, psicológicos y biológicos.10 La psiquiatría de precisión requiere que pensemos más allá de los enfoques actuales de diagnóstico y tratamiento; también requiere que pensemos más allá de la píldora.

Lograr un enfoque más holístico e integrado

La terapia cognitivo-conductual se considera el estándar de oro de la terapia psicosocial. En 2021, el National Institute for Health and Care Excellence (NICE) modificó sus recomendaciones para situar la terapia conductual como primera línea de tratamiento antes del tratamiento farmacológico. Sin embargo, sólo una de cada 10 personas con una enfermedad mental tiene acceso a una psicoterapia regular.11,12 Además, el campo de la salud mental ha carecido tradicionalmente de las tecnologías diagnósticas y terapéuticas que forman parte integral de otras especialidades clínicas.13
Por ello, el enfoque de Boehringer Ingelheim en materia de salud mental es diferente, ya que innova más allá de los tratamientos farmacológicos para ofrecer a los pacientes un espectro más amplio de apoyo. Estamos mirando hacia el futuro de la atención en salud mental mediante el desarrollo de la terapéutica digital para complementar la farmacoterapia, combinando los beneficios de los tratamientos psicosociales con la accesibilidad de la tecnología móvil para reducir la carga personal y socioeconómica de la mala salud mental.14

La terapéutica digital aprovecha la fuerza de las tecnologías móviles para ofrecer un tratamiento accesible, clínicamente validado e individualizado directamente en el dispositivo digital de la persona. Hasta la fecha, han demostrado ser eficaces para reducir los síntomas de las enfermedades mentales, como la depresión15 , el trastorno límite de la personalidad16 y la esquizofrenia.17 Esto podría deberse, al menos en parte, a que la combinación de los beneficios de los tratamientos psicosociales con la accesibilidad de la tecnología digital puede mejorar el cumplimiento de la medicación, mejorar los síntomas funcionales y cognitivos y mejorar el conocimiento de los pacientes sobre su enfermedad y su tratamiento.^18,19

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Aportar precisión a la psiquiatría mediante la colaboración mundial

En la actualidad, la psiquiatría de precisión está todavía en sus inicios. Hay mucho entusiasmo y debate entre la comunidad de la salud mental sobre lo que es y cómo podría revolucionar la psiquiatría. Sin embargo, aún no existe una definición clara de lo que significa y de cómo abordarla de forma sistemática.

Boehringer Ingelheim se está asociando con expertos del mundo académico y de la investigación de todo el mundo, aplicando este enfoque al descubrimiento y desarrollo de fármacos, con el objetivo de atender las necesidades de los pacientes y de otras partes interesadas. Juntos estamos investigando las causas neurobiológicas fundamentales relacionadas con síntomas específicos que permanecen ignorados y sin tratamiento, a pesar de plantear importantes desafíos en la vida diaria.

Hemos unido fuerzas con el King's College de Londres para elaborar un programa integral de investigación clínica sobre el trastorno depresivo mayor y la esquizofrenia, basándonos en nuestro enfoque de la psiquiatría de precisión basado en los circuitos. A través de esta asociación, en particular, pretendemos identificar más biomarcadores específicos para los pacientes, mejorando el desarrollo de terapias para el deterioro cognitivo.

Estamos colaborando con la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI) en su proyecto PRISM, con el objetivo de identificar medidas biológicas cuantitativas que permitan el desarrollo y descubrimiento de tratamientos específicos para múltiples enfermedades mentales. Otras colaboraciones son el Instituto Lieber para el Desarrollo del Cerebro y el Centro de Salud Mental y Bienestar de Precisión de Stanford.

En última instancia, con cada asociación, queremos trasladar a la práctica nuestros hallazgos en colaboración y llevar la psiquiatría de precisión a la clínica para aliviar la carga de las personas que viven con enfermedades mentales, sus seres queridos y la sociedad.

Referencias

1. Ritchie H & Roser M. Salud mental. 2018. Disponible en: https://ourworldindata.org/mental-health

2. Xiong J et al. J Affect Disord 2020 ; 277 :55-64

3. https://www.mentalhealth.org.uk/statistics/mental-health-statistics-economic-and-social-costs

4. Chisholm D, et al. The Lancet Psychiatry 2016; 3(5):415-424. Disponible en: https://www.thelancet.com/journals/lanpsy/article/PIIS2215-0366(16)30024-4/fulltext

5. Knapp M y Wong G. World Psychiatry 2020; 19:3-14.

6. Editorial. The Lancet Global Health 2020; 8:e1352.

7. Editorial de Nature Neuroscience. Nat Neurosci 2016; 19:1381-1382.

8. Altimus CM, et al. J Neurosci 2020; 40:101-106.

9. Williams LM. Lancet Psychiatry 2016; 3:472–480.

10. Sarris J, et al. Adv Int Med 2014; 1:9–16.

11. David D et al. Front Psychiatry 2018; 9:2-3.