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En 1885, Albert Boehringer fundó, con solo 24 años, una pequeña empresa en Ingelheim (Alemania). La empresa contaba tan solo con 28 empleados y se dedicaba a fabricar ácido tartárico para la industria alimentaria. Una década después, consiguió un gran avance para la investigación gracias al uso de la biotecnología para producir ácido láctico en cantidades industriales. Esto, a su vez, permitió financiar la expansión hacia el sector de la extracción de alcaloides para la industria farmacéutica y fue el primer paso para la producción farmacéutica independiente, sentando las bases de la empresa que conocemos hoy en día.
Más de 135 años después, Boehringer Ingelheim ha crecido muchísimo. Aquellos 28 empleados han pasado a ser más de 52 000. La pequeña fábrica de ácido tartárico a orillas del Rin se ha convertido en una empresa líder a nivel mundial que abastece a más de 130 mercados en tres áreas de negocio: Salud Humana y Salud Animal.
Nuestra gama incluye algunos de los tratamientos más innovadores y eficaces para humanos y animales; nuestra división de manufactura es un socio muy valorado por grandes, medianos y pequeños fabricantes de productos farmacéuticos.
Pero nuestra trayectoria de innovación no termina ahí, ya que contamos con importantes colaboraciones en la investigación farmacéutica y grandes proyectos con empresas sociales, sin olvidarnos de la inversión en la computación cuántica y todo su potencial.
Sin embargo, hay cosas que no han cambiado en todos estos años. Seguimos siendo una empresa familiar e independiente. Seguimos valorando la continuidad y la estabilidad. Seguimos teniendo claro que solo somos tan buenos como nuestra gente, por lo que continuamos cuidando de ella día a día.
Albert Boehringer era consciente de ello, y por eso ofrecía a sus empleados seguro médico, vacaciones pagadas y un plan de pensiones.
Por encima de todo, seguimos fieles a nuestro objetivo: convertir las innovaciones centradas en el paciente en tratamientos que cambien la vida tanto de los seres humanos como de los animales, de forma sostenible y para las generaciones venideras, no solo para las presentes.