Cuando la colaboración es fundamental para lograr Una Sola Salud
“Sería un error que las personas logremos predecir las enfermedades sin lograr prevenirlas.” Inger Andersen, Directora Ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
Jean Scheftsik de Szolnok, miembro del Comité Ejecutivo de Boehringer Ingelheim, responsable del negocio de Salud Animal, recientemente participó de un panel de discusión virtual sobre Una Sola Salud en el marco del World Health Summit. En esta breve entrevista, comparte su punto de vista sobre cómo la compañía incorpora este concepto.
Jean, COVID-19 nos sirve de ejemplo para comprender la importancia crítica en este momento de actuar para contribuir al desarrollo sustentable para asegurar un futuro más auspicioso para las próximas generaciones. ¿Qué significa para usted Una Sola Salud?
Las vidas de las personas y los animales están interconectadas de formas profundas y complejas; una de esas conexiones es el hecho de que más de dos tercios de las enfermedades infecciosas emergentes en los humanos son zoonóticas (o sea, que se contagian de los animales a las personas). La pandemia de COVID-19 nos mostró la necesidad urgente de lograr un enfoque interdisciplinario de la salud, entre veterinarios y médicos, pero también involucrando a ambientalistas, gobiernos, sector privado y otras asociaciones y organizaciones.
El enfoque de Una Sola Salud no es nuevo, pero el concepto ha evolucionado a partir de fines del Siglo 19, cuando las personas pudimos comprender la contribución de los animales al desarrollo de las civilizaciones: en el plano espiritual, económico, ambiental y emocional, por nombrar solo algunos aspectos.
¿Como logramos llevar Una Sola Salud a la práctica?
Llevar el concepto de Una Sola Salud a la práctica requiere un enfoque transversal de los problemas que enfrentamos actualmente. Para los virus y bacterias, las fronteras entre países no existen. Además de la transversalidad, es necesario desarrollar las capacidades de detección de enfermedades y diagnóstico temprano en el campo, la cuestión de la proximidad es de gran relevancia cuando se trata de detectar signos tempranos. También es necesaria la colaboración, porque no hay compañía u organización, del sector público o privado, que pueda incorporar todas las capacidades que se necesitan para brindar la continuidad de atención necesaria. Juntos, también debemos desarrollar modelos económicos para brindar soluciones de salud sustentables y adaptadas a la situación particular de cada país.
Permítanme agregar que rol de la sociedad civil es clave. Nuestro programa Making More Health es una alianza con la prestigiosa ONG Ashoka que tiene como objetivo el desarrollo de emprendedores sociales en el campo de la salud alrededor del mundo y que ya está cumpliendo 10 años. Actualmente apoyamos a más de 200 personas que construyen un ecosistema positivo a su alrededor para el bien de la comunidad. Con Ashoka también creamos plataformas de start-up (en Nairobi, Kenya, por ejemplo) para acelerar el desarrollo de emprendedores sociales en salud. Uno de esos casos de éxito, es el de CowTribe, un emprendimiento de última milla que brinda servicios veterinarios en zonas rurales de Ghana y otros países. Durante los últimos tres años, más de 34.000 pequeños ganaderos se beneficiaron con servicios veterinarios de calidad y a precios razonables gracias al programa CowTribe.
¿Cómo contribuye Boehringer Ingelheim a la lucha contra las enfermedades zoonóticas?
Lo primero que me viene a la mente es nuestra cooperación con ZAPI, un consorcio europeo para la investigación de medidas y procesos utilizados en salud animal que potencialmente puedan aplicarse a la lucha contra la COVID-19 y otras enfermedades emergentes. Se trata de innovación y colaboración en su máxima expresión, buscando sinergias entre la salud animal y humana. Un gran ejemplo de trabajo colaborativo entre médicos, veterinarios, biólogos, ecologistas e instituciones de salud pública.
Otro ejemplo es el de la fiebre aftosa. Nos enfocamos en contribuir al control de las enfermedades que afectan la seguridad alimentaria a nivel global. Además del impacto económico que causaría un brote de aftosa, es necesario considerar su impacto en las vidas de los ganaderos y sus comunidades y también en la seguridad alimentaria local. Administramos 17 bancos de vacuna contra la fiebre aftosa que los protegen contra posibles brotes y sus consecuencias. Allí trabajamos junto a las autoridades regulatorias en el desarrollo y la planificación de programas de vacunación óptimos en caso de que surja un brote. Además, estamos invirtiendo 230 mil euros en una planta de nivel 3 de bioseguridad en Francia para la producción de la vacuna de aftosa.
Debo mencionar también a la rabia. Desde los años 60, venimos trabajando junto a las instituciones, autoridades de salud y veterinarios en el control de la rabia. Globalmente, contamos con la mayor cobertura de la industria contra la rabia en mascotas y vida salvaje con más de 100 millones de dosis de vacuna administradas al año. Un ejemplo de Una Sola Salud en acción, es nuestra labor en Pakistán, donde los perros callejeros reciben su primera vacuna contra la rabia, y luego son marcados con un collar verde que los identifica para seguridad de todos.
Una Sola Salud parece una gran misión…
Sí, lo es y nuestra compañía se encuentra en una situación muy particular para contribuir al debate con sus plataformas de I&D (Investigación y Desarrollo), tanto en salud humana como en salud animal.
Hay mucho trabajo por hacer y siento la energía de mis colegas para enfrentar los problemas junto con el sector público, las asociaciones y las instituciones. Nadie cuenta con soluciones individuales en este campo. Debemos considerar seriamente el enfoque de Una Sola Salud para prevenir una próxima pandemia, no solo predecir su llegada.
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Accede aquí al panel de discusión durante The World Health Summit sobre cómo llevar a la práctica Una Sola Salud.