La relación entre la persona y el perro, perspectiva histórica

¿Qué es lo primero que sucede cuando llegas a casa luego de un día de trabajo? Puedes estar cansado y listo para relajarte, pero la bienvenida de tu perro te indica que te estuvo esperando todo el día. Mueve la cola, salta, da besos y trae juguetes. Lo miras, y de repente ya no te sientes tan cansado…

¿De dónde proviene el vínculo entre las personas y los animales? ¿Sabes cuál fue la enfermedad que cambió ese vínculo? La enfermedad fue la rabia, su impacto fue enorme.

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Hace muchos años...

Existe evidencia arqueológica de que los perros fueron los primeros animales domesticados por el hombre hace más de 30.000 años (más de 10.000 años antes que los rumiantes y los caballos). Comenzó cuando los lobos comenzaron a recoger los restos de comida de los humanos, quienes los domesticaron brindándoles resguardo y protección. A cambio, los lobos ayudaban a las personas a cazar. Unos 1000 años después esos lobos domesticados se convirtieron en los perros que conocemos hoy.

Junto con la evolución de fisiológica del lobo, existe evidencia del desarrollo del vínculo que se fue formando entre ellos y los humanos. En el cementerio de Predmosti (República Checa) se encontró un perro enterrado con un hueso (aparentemente de mamút) que fue cuidadosamente colocado en su boca después de muerto. Se cree que su cuerpo tiene 32.000. En Ober-Kassel (Alemania) se encontró el esqueleto de un perro enterrado junto con un hombre y una mujer. La datación por carbono 14 revela que tiene aproximadamente 14.300 años. Son rastros tempranos de un vínculo en crecimiento, no de una relación creada únicamente por motivos prácticos.

Otros perros de la antiguedad fueron hallados en cementerios, muchos lugares del mundo. El perro momificado de Tumat en Russia tiene más de 12.450 años y en Israel, en Mallaha Natufian, se encontraron doce personas enterradas, una de ellas tenía su mano sobre un pequeño cachorro (data de hace más de 12.000 años).

Desde hace por lo menos 6.000 años los perros fueron deificados en muchas civilizaciones (Anubis en Egipto, Xolotl para los Mayas, Cerberus para los Griegos). Su rol era acompañar a los muertos al otro mundo (de aquí el rol de perros como guía) o protegerlos en su camino al otro mundo.

A medida que los perros fueron evolucionando junto a las personas, comenzaron a conectarse con nosotros de forma más profunda que otros animales.

Y luego se dio la conexión entre perros y rabia…

La rabia ha amedrentado a las comunidades por más de 4.000 años, especialmente cuando se descubrió que las personad mordidas por un animal rabioso se morían. Comenzaron a crear normas (y castigos) con el objetivo de prevenir el contagio de la rabia mediante los perros. Uno de los ejemplos más conocidos es el de las leyes de Eshunna (antigua ciudad de Iraq), que datan de hace 4.000 años. Esta ley establecía que “Si un perro es mordedor y las autoridades han llevado el hecho al conocimiento de su dueño, y aun así su dueño no lo ha cuidado, y el perro muerde a un hombre y causa su muerte, el propietario del perro pagará dos tercios de una mina de plata. Si muerde a un esclavo y causa su muerte, pagará 15 shekel de plata.”

En la Biblia los perros tenían mala reputación y no se les guardaba cariño. Se temía a las manadas de perros y cualquier contacto con la saliva del perro era percibido como algo terrible. Debías lavarte las manos siete veces si habían sido expuestas a la saliva de un perro. En Europa, durante la Edad Media, existieron regulaciones sobre el confinamiento de perros domésticos (para protegerlos a ellos y a las personas) y también se promulgaron leyes para eliminar los perros sin dueño en varias ciudades y estados. Cada comunidad enfrentaba la enfermedad de forma distinta; desde la limpieza profunda de la herida luego de la mordida hasta los tratamientos basados en la fe (como colocar un pelo del perro muerto en la herida o colocarse un amuleto para protegerse). Ninguna de estas funcionaba.

En la mente de las personas de esos tiempos los perros eran tanto amigos fieles y compañeros de tareas como también portadores de una enfermedad letal.

La prevención de la rabia en humanos hoy

Hace décadas que sabemos que vacunar a los perros contra la rabia los convierte en una barrera contra la enfermedad, ya que detiene el contagio a humanos a través de su saliva. Sin embargo, la rabia continúa siendo una amenaza para una gran cantidad de personas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que ocurren casos de rabia en más de 150 países y territorios, a pesar de ser una enfermedad viral prevenible a través de la vacunación. Actualmente el 99 % de los casos de rabia ocurren en África y Asia. En América Latina la enfermedad casi ha desaparecido, con solo 20 casos reportados por año. Además, la OMS profundiza en el tema diciendo que “En la gran mayoría de las muertes por rabia en el ser humano, el perro es la fuente de infección. En el 99% de los casos de transmisión a los humanos, la enfermedad es contagiada por estos animales. Es posible eliminar esta enfermedad vacunando a los perros y evitando sus mordeduras.”

Las iniciativas de vacunación ayudan a reforzar el vínculo humano animal. Un perro vacunado cuenta con más oportunidades de ser bienvenido como parte de la familia y además es un ejemplo de responsabilidad como dueños/as o tutores/as.

Boehringer Ingelheim es líder global en vacunas veterinarias. Como parte de nuestro programa Making More Health, hemos lanzado una iniciativa piloto para concientizar e informar sobre la rabia en Nepal y para implementar metodologías y procesos autosustentables.

Guillaume Convert, Salud Pública Veterinaria, Unidad de Negocios de Salud Animal de Boheringer Ingelheim