Una mirada innovadora al moquillo canino

doguinho

Todos los médicos veterinarios son conscientes de la importancia de vacunar a sus pacientes en forma regular y desde temprana edad. El objetivo es evitar enfermedades infectocontagiosas de alta prevalencia en animales no protegidos. Pero lo que no todos los colegas conocen es la forma en la que las vacunas son desarrolladas y cuál es la diferencia entre cada método de elaboración.

Por otro lado, la COVID-19 ha generado un auge y un conocimiento sin precedentes del público en general acerca de las vacunas. Y como tal, no es poco común que los dueños de mascota se pregunten qué tipo de tecnología usan los fabricantes y productores de vacunas para generar sus productos.

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¿Qué es el moquillo canino?

Mujer veterinaria con perro blanco

El moquillo canino o distemper, es una enfermedad infectocontagiosa de origen viral de alta morbilidad y mortalidad para los perros domésticos. El moquillo afecta principalmente los aparatos respiratorios y digestivos, aunque en casos avanzados también afecta el sistema nervioso.

Es una enfermedad de distribución mundial, con incidencia en todas las edades, siendo particularmente más vulnerables los animales de temprana edad y los adultos mayores.

Transmisión y signos clínicos

El moquillo o distemper se transmite principalmente por contacto estrecho con otro animal, mediante el aire y contacto con fluidos infectados, incluyendo comida y agua. Tiene un periodo de incubación de alrededor de 15 días.

La enfermedad presenta varias posibilidades clínicas. En general, comienza con un cuadro de decaimiento general, fiebre al comienzo, que puede ceder y volver a subir (cuadro bifásico, de ahí su nombre “distemper”). El paciente pierde el apetito, está decaído y no bebe.

Luego de este periodo comienzan los signos más específicos entre los cuales existen:

  • Cuadro respiratorio: descarga nasal, tos y dificultad para respirar (disnea)
  • Cuadro gastroentérico: diarrea y vómitos.

También existen signos oculares (conjuntivitis, descarga ocular, úlceras en la córnea, edema de córnea), cutáneos o dérmicos (hiperqueratosis de las almohadillas plantares, erupciones en general), y neurológicos (ataxia o dificultad para caminar o moverse, que puede progresar a paresia o parálisis, tics y hasta convulsiones).

Los signos pueden durar unos pocos días hasta varias semanas o meses, con períodos de mejora temporal y recaídas.

La aparición de signos puede seguir un curso ordenado (respiratorio, digestivo y nervioso) o pueden darse en forma aleatoria (aparición inicial de signos nerviosos).

Diagnóstico y tratamiento

El moquillo se presume mediante la observación de los signos generales, pero se confirma mediante exámenes de laboratorio. Una vez diagnosticado, si bien no existe un tratamiento específico contra el virus per se, el médico veterinario realiza un tratamiento holístico sobre la signología del paciente.

Esto se basa en la corrección del balance electrolítico, mediante soluciones parenterales, y la administración de antibióticos, antieméticos, analgésicos, antipiréticos y anticonvulsivantes. También la dieta debe ser tenida en cuenta.

La prevención funcionaMujer acariciando perro

El principal método de prevención del moquillo es la vacunación. Se debe tener en cuenta las tasas de prevalencia de cada zona geográfica, armando así un plan vacunal acorde. 

Hay que tener en cuenta el estado sanitario del animal dentro de refugios caninos, con alta tasa de hacinamiento, que es donde aumenta la velocidad de transmisión.

Es importante destacar, que no se conocen hasta el momento riesgos para la salud humana.

¿Qué tecnologías existen para fabricar vacunas?

Existen muchas maneras de clasificar a las vacunas. Desde un punto de vista de la tecnología utilizada para la fabricación, existen cuatro grandes grupos: inactivadas, atenuadas, sintéticas y recombinantes.

  1. Las vacunas inactivadas son obtenidas a partir de microorganismos muertos mediante procesos ya sea físicos (por ejemplo: calor) o químicos (por ejemplo: formol).
  2. El segundo grupo de vacunas utiliza un virus vivo modificado, al cual se le ha atenuado su virulencia mediante sucesivos pasajes en animales de laboratorio.
  3. El tercer grupo o sintéticas, son aquellas vacunas elaboradas a partir de polipéptidos que copian la secuencia antigénica del virus en cuestión.
  4. La última de ellas, es la tecnología recombinante. La tecnología recombinante es un proceso de fabricación mediante el cual se extrae una fracción del virus del moquillo (ARN) el cual se inserta en otro virus (viruela del canario), uno que no provoca enfermedad en el animal, pero sí es capaz de albergar el fragmento del virus que generará anticuerpos.

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Hasta el momento no se han descripto riesgos para la tecnología recombinante, pero sí importantes beneficios: al no usar un virus entero sino solo una porción de este no provoca inmunosupresión temporal, reversión de la virulencia, encefalitis post vacunal y excreción viral.

El continuo esfuerzo en la prevención, control y diagnóstico de enfermedades por parte de los veterinarios clínicos nos inspira en la investigación y desarrollo de nuevas herramientas.